Celebrar una boda en enero y febrero no suele ser una de las opciones más recurridas por las parejas. Quizás el frío o la inestabilidad del clima sea uno de los factores principales para que no se escoja esa fecha. Sin embargo, las bodas de invierno tienen un encanto especial y pueden convertirse en verdaderas obras de arte si sabes aprovechar las tendencias del momento. Olvídate del mal tiempo y aprende a disfrutar del encanto de estos meses de invierno. Para ello, hoy queremos presentarte diversos elementos con los que inspirarte para tu boda invernal.

Escoge un buen escenario, es fundamental. Espacios interiores, los habituales para estas fechas, como salas industriales, espacios rústicos, o por el contrario, opta por un exterior con carpas decoradas para resaltar la magia de estas noches de invierno. Una zona verde o un bosque también puede hacer que tu boda parezca sacada de un verdadero cuento.

Juega con los colores típicos de la estación y creo un evento muy especial. Colores fríos y pasteles que resaltarán los elementos del evento. La iluminación también es clave y en estas jornadas invernales mucho más. Opta por velas y faroles que iluminen, favorezcan la calidez y creen un ambiente mágico. Olvida los colores estridentes y las luces demasiado llamativas. Si tienes opción de celebrar la cena junto a una chimenea, la atmósfera sin duda, será inolvidable. Decora con piñas y elementos de madera que favorezcan esa calidez

Para el catering, invierno desarrolla un clima óptimo para crear mesas de dulces donde abunde el chocolate. Aprovecha los productos de temporada con cálidas tazas de té o chocolate caliente para amenizar el ambiente y opta por postres templados para sorprender a los invitados. Además, para el menú puedes optar por platos modernos pero que se mezclen con la tradición de los fogones. Cremas y sopas sabrosas que combinan a la perfección con el ambiente y con el resto de platos.

Para los detalles a los invitados, puedes optar por una gran variedad de regalos originales como mantas personalizadas, gorros de invierno o bufandas con el sello de los novios. Sin duda, la imaginación no tiene límites y las opciones son múltiples. Si eres más de frío que de calor, apuesta por una boda de invierno y sorprende a tus invitados con un evento por todo lo alto.