Frente a la fast food, tenemos el slow cooking o cocina lenta, una modalidad de cocina tan antigua como lo son los platos de cuchara y las recetas tradicionales que pasan de generación en generación, ollas de cocción lenta y opuestas al ritmo de vida actual. Una forma de cocinar que ha vuelto a los hogares y se ha puesto de moda actualmente gracias a una tecnología que apuesta por este sistema de cocinado lento. Son ollas que permiten ser programadas y tener la comida preparada en casa al volver. ¿No es una buena idea?.

Se trata de una cocina que se asocia con una dieta saludable, repleta de nutrientes y sabrosos ingredientes para dar a tus platos un sabor perfecto. Requiere de mucho más tiempo que la olla a presión o los platos más rápidos de sartén u horno, ya que necesitan entre 2 y 4 horas para preparar un plato. Sin embargo, el tiempo en estas ollas ya no es una excusa.

Esta tecnología apuesta por una cocción a fuego lento, imitando las prácticas de los más mayores de casa, de madres y abuelas. Son ollas eléctricas que trabajan con poco calor y que funcionan prácticamente como un horno. Permiten todo tipo de elaboraciones y son ideales para preparar recetas al vapor al reutilizar el agua que se extrae de los alimentos.

Gracias a ello, recuperamos tradiciones y recetas clásicas que van a completar nuestro menú diario con ingredientes sanos y multitud de aportes beneficiosos para nuestra salud. Apuesta por el slow cooking y empieza a disfrutar de verdad del sabor de la comida. Recetas saludables y formas sencillas de elaborar un plato, sólo hace falta introducir los ingredientes en la olla y dejar hacer. ¿Aún no te animas?.