Septiembre equivale a comienzo, a volver a la rutina, al trabajo, a levantarse pronto, al ejercicio y a coger los hábitos olvidados en el mes de julio. Y eso supone comer mejor y dejar los excesos apartados o reversados para días especiales o fines de semana. Pero eso no significa dejar de disfrutar en la mesa, eso no desaparece, ya que comer sano y de forma equilibrada lleva implícito toda una serie de alimentos igual de deliciosos y apetecibles sobre todo si aprendemos a prepararlos y a combinarlos.

Las carnes, pescados, pasta, arroz, legumbres, frutas y verduras son los protagonistas de nuestra nueva dieta. Lo importante es cuidar las cantidades y la preparación y frecuencia de cada grupo de alimentos, porque comer sano no es aburrido.

La pasta, en una proporción adecuada, puede ingerirse varias veces a la semana gracias a su bajo nivel glucémico y a su aporte de carbohidratos. Las verduras contribuyen con muchos antioxidantes y vitaminas que fortalecen el organismo, al igual que las frutas que aportan la energía y los azúcares necesarios para afrontar el día a día.

Los nutrientes los proporcionan las carnes y los pescados, que aportan proteínas de calidad, de fácil digestión y totalmente necesarias en nuestra dieta. Son dos grupos de alimentos con un alto valor nutritivo y contribuyen al desarrollo de muchos tejidos. Lo importante es controlar la frecuencia de cada grupo y mantener un equilibrio.

Las posibilidades para comer sano son muy variadas. Incluso bebidas como la cerveza están permitidas, ya que de forma moderada fortalece el sistema inmunológico.

Además todo ello se ve condicionado por la cantidad de ejercicio que se realice, ya que en función de eso se debe ingerir una cantidad u otra de alimentos. El objetivo principal es comer rico pero comer sano. Con esta dieta podrás afrontar la rutina de cada día de manera óptima, y te aportará una gran cantidad de vitaminas y antioxidantes para mantener una vida más que saludable.